Pero otras veces la persona va cumpliendo años y no obstante la duda sobre sus inclinaciones sexuales no sólo no se va despejando, sino que se hace más y más agobiante, torturante. Esta duda puede convertirse en el problema central de ese hombre o de esa mujer, que puede además limitar sus relaciones humanas.
Cuando los profesionales profundizamos en estos casos solemos encontrar dos cosas, o bien una inclinación homosexual (masculina o femenina) que no se termina de aceptar con naturalidad, o bien, y más frecuentemente, un motivo inconsciente para torturarse, para castigarse por supuestas culpas, y una justificación para no lanzarse a la vida: decidir, emanciparse, relacionarse con el sexo opuesto. Dicho de otra manera a veces la angustiosa duda sobre la inclinación sexual no es más que una forma de torturarse y de no volar.
El profesional, en cualquier caso, deberá aumentar la auto confianza de esa persona, prepararle para que encaje con naturalidad las perdidas de prestigio y de cercanía familiar que sufra, (ya sea por declarar su condición sexual o por lanzarse a la vida), ayudarle a que enfoque sus asuntos de manera menos exigente y menos culpabilizadora, facilitarle que vea el significado de sus dudas...
Esteban Cañamares
Psicólogo y Sexólogo
Colegiado M-09659
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